sábado, 17 de marzo de 2012

La gran idea

Uno de los grandes quebraderos de cabeza de los astrofísicos, y de todos los que seguimos un poco este peculiar mundillo es el de conseguir una teoría que consiga explicar la naturaleza de manera clara y sin ambigüedades. Hasta el día de hoy se han desarrollado teorías que nos ayudan a explicar varios fenomenos de la naturaleza, pero que no funcionan para el resto de los fenómenos naturales. Por poner un ejemplo tenemos la teoría de la gravedad de Newton, que explicaba cómo esta funcionaba en los objetos grandes, que las personas podemos ver, tales como planetas y estrellas. Sin embargo esa teoría tuvo que ser actualizada cuando Einstein formuló la gravedad que actúa a niveles subatómicos, niveles que Newton jamás había planteado y para los que su teoría quedaba convertida en piedra.
A raíz de este problema hay un debate que en los últimos años lleva dando de que hablar a la comunidad científica. Se trata de la teoría M. Esta teoría es una recopilación de conceptos y enunciados físicos que juntos intentan explicar todos los fenómenos de la naturaleza de la manera más eficaz posible. Allá donde las teoría solitarias fracasan, la amalgama que supone la teoría M cubre esas carencias solapando teorías cuando es preciso. Sin emabrgo parte de la comunidad científica cuestiona esta teoría ya que no se trata de un concepto puro en sí, más bien es un remiendo , un arreglo de última hora al problema que se plantea entre los astrofísicos.

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